Últimamente se ha hablado mucho de la contaminación generada
por los coches. Yo vivo en Madrid dónde se han alcanzado niveles muy elevados
de contaminación. Por primera vez (Y bajo mi punto de vista ya era hora) se han
activado las restricciones de tráfico de fase 2, que prohíbe aparcar en la zona
de estacionamiento regulado (SER) a menos que seas residente. Aunque la verdad
que esta prohibición tan solo duró un día.
Circular en bicicleta por una ciudad en estas condiciones es
francamente peligroso. Si ya de por sí el aire es nocivo para la salud, dichos
efectos nocivos se multiplican al aumentar la demanda de aire necesaria al
realizar una actividad aeróbica como es pedalear. Además si circulas por la
calzada (Y no por carril bici) estás doblemente expuesto, a causa de los tubos
de escape de la marabunta de vehículos que te rodea. Un desastre.
Ante esta situación y mirando por mi salud no he tenido más
remedio que hacerme con una mascarilla antipolución para minimizar los efectos
de la contaminación.
He optado por el modelo Cinqro de la marca Respro. Después
de consultar opiniones por la red he llegado a la conclusión de que esta marca
es de las más fiables y este modelo el que mejor se adapta a mis necesidades,
ya que a pesar de ser un modelo para ciclismo urbano, está concebida para un
pedaleo deportivo, favoreciendo la respiración (Permite la entrada de mayor
cantidad de aire que otras gracias a la válvula POWA) . Además viene con dos filtros, uno para contaminación
(Gases, partículas en suspensión..) y
otro para polvo.
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De todas formas, podréis encontrar las especificaciones técnicas en multitud de webs. Lo que quería comentar es mi experiencia al usarla.
Empezaré por lo negativo. La verdad que entre circular con
mascarilla o sin ella, hay un abismo. La mascarilla sin duda recorta en gran
medida esa sensación de libertad que te da pedalear por la ciudad, circulando
entre los coches, salvando atascos.. Y esto se debe a que la cantidad de aire
que eres capaz de inhalar (A pesar de ser más limpio) es definitivamente muy
inferior que al circular sin mascarilla. Por otra parte, el aire caliente que
exhalas se concentra dentro de la mascarilla, provocando una incómoda sensación
de ‘ardor’, unida al calor extra que proporciona el neopreno de la propia mascarilla,
que para hacer su correcta función tiene que ir, lógicamente, bien ajustada a
la cara.
Otro punto en contra es que si llevas gafas, ya sean de ver
de sol, y dependiendo del modelo, se empañan debido al vaho que sale por la
parte superior. Esto suele suceder cuando te paras en un semáforo.
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| El ajuste es perfecto |
Por otro lado y ya hablando de los aspectos positivos, he de
decir que la mascarilla, (Al menos el modelo que yo he adquirido y vengo usando
ya desde hace varias semanas) me parece que es de una calidad extraordinaria,
si nos centramos en el objetivo para el cual la he adquirido. No respirar gases
nocivos. Es muy difícil obviamente decir la cantidad exacta de partículas en
suspensión y el tamaño de éstas que el filtro es capaz de detener. Si nos
atenemos a lo que la propia marca dice de su mascarilla, la efectividad
lógicamente es inapelable. Para mí la prueba definitiva es la primera vez que
un autobús arrancó delante de mí. Ni rastro de esa asquerosa bocanada de aire con
olor a combustible quemado. En otra ocasión, parado en un semáforo después de
una cuesta arriba bastante pronunciada, me quité la mascarilla debido a que
necesitaba más aire y me di cuenta del aire que normalmente respiras. El
contraste fue demoledor.
Por lo tanto, si estás pensando en comprarte una de estas
mascarillas antipolución piénsatelo bien, porque si no te convence, tirarás el
dinero, y la verdad, no son nada baratas. Las hay de 25 a 50 euros
aproximadamente dependiendo de las prestaciones. Y hay que tener en cuenta que
cada x tiempo hay que cambiar los filtros, que tampoco son baratos.
Yo de momento mientras continúe sin llover en Madrid y se
mantengan los niveles actuales de contaminación, no me la pienso quitar. Tengo
que decir que poco a poco me he acostumbrado a llevarla. Así que tal y como
está el patio, considero la mascarilla un mal menor.
Cada uno que saque sus conclusiones.. Salu2!
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